Sendero GR-7 Mecina Bombarón-Cádiar

RUTA DE ABÉN ABOO.
MECINA BOMBARON – CÁDIAR.

DISTANCIA Y TIEMPO ENTRE NÚCLEOS URBANOS.
Mecina Bombarón – Los Bérchules: 6 Km 2h
Los Bérchules – Alcútar: 1 Km 10′
Alcútar – Narila: 3 Km 45′
Narila – Cádiar: 1,3 Km 20′

Mecina Bombarón fue la patria de Abén Aboo quien durante año y medio reinó en la Alpujarra después de asesinar a su primo Abén Humeya. En el pueblo se encuentra una de sus casas. También era de su propiedad parte de la cortijada de Montenegro por la que pasamos la jornada anterior. Defendió una Alpujarra musulmana y sufrió la época final de la sublevación, la más sangrienta.
Mecina es un mosaico de barrios, huertas y arbolado. Se conservan siete de sus ocho antiguos barrios, algunos de origen bereber, encontrándose situado al sur el de Algaida ” lleno de matorrales espesos” como su nombre indica.
Para tomar el sendero recorremos el pueblo, subiendo por sus empinadas calles hasta llegar a la plaza Vieja donde bebemos de una fuente antes de coger la pista que entre corrales y hermosos castaños sube a la sierra.
El GR-7 deja la pista por un desvío para más arriba volver a ella y adentrarnos en un pequeño barranco repleto de hermosa vegetación. Este lo tomamos a la izquierda por la vereda que va junto a la acequia de la Balsa del Castillo, empedrada en parte a la antigua usanza. Por ella cruzamos un barranco de impresionantes castaños. La acequia también riega una alameda y los alrededores del cortijo de Juan Fernández. Pasado este cortijo y abandonando la acequia, subiremos un fuerte desnivel y volveremos a encontrar la pista, a la altura de una alberca acompañada de un sauce llorón.
Si hubiéramos subido por la pista no tomaremos una variante que sale a la derecha y que por unos cortijos se introduce en el río.
La pista tras dejar una derivación que baja a la izquierda y subir una fuerte pendiente, atraviesa un pinar. Al salir de él nos sorprende ver encima una plantación de viñas. Al estar a 1.500 m de altura podríamos decir que es la viña más alta de Europa. Este paisaje tan abierto nos permite, como suele pasar cuando estamos a estas altitudes en la Alpujarra, divisar el mar, desde este punto por la cuenca del río Grande de Adra, entreviéndose por el valle que se abre camino entre la Sierra de Gádor y la de la Contraviesa.
Este punto también es importante porque estamos en un cambio de cuencas hidrográficas. Por el GR-7 vamos atravesando las faldas de las principales cumbres de Sierra Nevada y recorriendo dos importantes cuencas.
Al este hemos dejado las cumbres del Chullo (2.610 m), el Morrón (2.756 m) y el San Juan (2.788 m) que alimentan los torrentes de Laroles, Nechite, Válor y Mecina por los cuales hemos pasado, vertiendo sus aguas al río Grande de Adra que tras llenar el embalse de Benínar desemboca pocos kilómetros más al sur en el Mediterraneo.
Al oeste, entre las cumbres del Peñón del Puerto (2.758 m) y el Cerro del Gallo (2.913 m) que son las que tenemos encima, en Cerro Trevélez (2.878 m), entre Cerro Pelado (3.179 m) y la Atalaya (3.148 m), entre Alcazaba (3.371 m) y Mulhacén (3.483 m), entre Puntal de la Caldera (3.226 m) y los Machos (3.324 m), en el Veleta (3.394 m) y el Caballo (3.009 m), se fueron formando unos glaciares que crearon los barrancos de Bérchules, Trevélez, Poqueíra, Chico y Lanjarón. Todos ellos, recogiendo las aguas de las nieves y las lluvias, forman el valle del Guadalfeo. Este va atravesando la Alpujarra de este a oeste, desde Cádiar hasta Órgiva, para luego seguir hacia el sur y desembocar entre Salobreña y Motril.
Dejamos el ramal principal de la pista para llaneando tomar el desvío de la izquierda y dirigirnos así en dirección al nacimiento del río Guadalfeo, al cortijo de Cortes.
Al llegar junto a unos chaparros a la divisoria del valle nos impresiona su paisaje. De principio nos recreamos con la visión blanca del pueblo de Bérchules enfrente, algo por debajo nuestra, rodeado al igual que el pueblo vecino de Alcútar de verdes huertas y frutales. Divisamos desde arriba la fuerte pendiente que ofrece esta cara este de Sierra Nevada, este valle desconocido cultivado en paratas escalonadas regadas por sus acequias y cuajados sus arroyos de vegetación.
La pista termina en el Cortijo de Cortes, hasta hace poco centro de Tai Chí del que Dani y Goyo fueron sus creadores. Si siguiéramos subiendo llegaríamos sobre el río Grande de Bérchules a la cueva donde el 14 de marzo de 1.571 asesinaron a Abén Aboo sus propios seguidores, (ya que los cristianos ofrecieron el perdón y la libertad del musulmán que lo entregara.)
Pero nosotros bajamos, antes de llegar al cortijo de Cortes, bien por una vereda o por una pista. Si tomamos la pista, primero pasaremos una cerca y bajaremos por un ramal que desciende fuertemente a la izquierda y termina junto a otra cerca. Pasada ésta, ya continúa con la vereda. Va primero pegada a su izquierda a un muro de piedra de mediana altura y desemboca en una era sobre unos tajos con también hermosas vistas sobre los dos pueblos. Desde aquí a la derecha, una vereda empedrada nos bajará al río, que lo cruzamos junto al molino de la Carihuela. Si nos abriéramos camino por el curso del río 800 metros más abajo nos encontraríamos con la famosa fuente de agua agria de Los Bérchules y ya desde aquí se tiene acceso por carretera asfaltada hasta el pueblo. Pero el sendero sube directamente cruzando algunos riachuelos y masas de vegetación hasta llegar a Los Bérchules.
Vamos a poder recorrer las calles de Bérchules siguiendo el trayecto del sendero. Pasamos por la plaza del Ayuntamiento viejo, si es primavera oleremos el aroma fino del hermoso cinamomo que envuelve la plaza situado frente a la Posada, y divisamos desde su balcón la otra vertiente del barranco: por su cara oeste se puede descifrar la ruta que nos ha traido hasta aquí. Pasamos por la plaza de la Iglesia toda entera blanqueada y construida en 1.530 sobre cimientos de una antigua mezquita, como muchas iglesias mudéjares. Seguimos y pasamos por la fuente de las Carmelas que como la fuente de San Antonio de Pampaneira, el que bebe de su agua con intención de casarse al poco tiempo novia tendrá. El nombre de las Carmelas se le debe a un cura que tuvo el pueblo que era fraile carmelita antes de beber agua y casarse. (También ocurre en la Alhambra con la tradición de tocar la campana de la Torre de la Vela el dos de enero, día de la toma de Granada.)
Al salir de este vergel, como el nombre de Bérchules nos indica, nos encontramos en el cruce de cuatro vientos con la carretera, antigua C-421, por la que bajaremos. A 500 m. nos hallamos en el pueblo de Alcútar anejo de Los Bérchules.
Por esta carretera que une los dos pueblos a la sombra de grandes plátanos de paseo, transcurre la procesión de San Marcos el día 25 de abril en la que participan los paisanos con su ganado. Las fiestas de San Marcos son muy populares en la Alpujarra, se celebran en Laroles, Mairena, Válor y Cádiar además de otros doce pueblos más.
En Bérchules salen juntas las imágenes de San Marcos, patrón de los animales, y la de San Isidro labrador llevando unas enormes rosquillas sobre su cuerpo y sus brazos. Numerosas roscas de pan ya de tamaño pequeño y amasadas para ese día, se bendicen y se reparten al final de la procesión entre los asistentes. También se bendicen los animales que participan en la ceremonia: vacas, mulas, y sobresaliendo entre la muchedumbre los jinetes sobre sus caballos.
Desde Alcútar, mientras que la carretera tiene que dar un rodeo de 9 Km para llegar a Narila, nosotros descenderemos directamente y en 3 Km salvaremos 300 metros de desnivel. Una fuente al pié de la Iglesia nos recibe y otra en el barrio de La Churri nos despide. Recorremos el pueblo desde la Iglesia por la calle Real que es la principal. Una flecha de indicación nos invita a continuar descendiendo por la calle de la Churri, por la que vamos dejando algunas casas y calles a la derecha hasta llegar a la fuente que conduce constantemente el agua a su lavadero. Por él bajamos hasta que al terminarse el pueblo encontramos un corral: por su derecha discurre el sendero refrescado por higueras, almeces, fresnos y almendros, sobre un antiguo camino empedrado.
El paisaje es profundo y extenso. Enfrente tenemos la loma del Majuelo cubierta de encinas y a nuestros pies un amplio valle, encabezado por las huertas de Narila y encauzado en las de Cádiar. Seguimos la vereda hasta llegar al río, y no nos salimos por una pista de tierra que tras una curva se introduce en el barranco Cairo. Tras cruzar el río llegamos a una pista. Podemos seguirla a la izquierda para luego volver, y acercarnos al agua Agria de Narila, alegrada, al igual que la de Los Bérchules, por unos alisos. Para llegar a esta fuente tenemos que seguir algo más de cinco minutos el camino hasta su fin y por un puente cruzar el río. Cada tarde un grupo de mujeres del pueblo van paseando hasta Agua Agria para cargar sus botellas ya oxidadas de esta agua.
Una vez cruzado el río después de bajar de Alcútar, seguimos ahora por la derecha allí donde empieza una chopera. Al pasarla aparece un dique sobre el río que sirve para medir el caudal de agua. Si las corrientes de agua tras las lluvias del invierno o tras el deshielo se llevasen el puente por el que hemos pasado de madera y piedra, esta construcción sería una alternativa para cruzar de una orilla a otra.
Cuando la vegetación nos permita un claro podemos aprovechar para divisar como se va abriendo el valle, en él se rehunde el río y se introduce en Cádiar.
Lo primero que encontramos a la entrada de Narilaes una fuente al lado del depósito bajo y a su derecha la casa en estado semirruinoso de Abén Humeya, utilizada como residencia de verano ya desde antes de su coronación. Verdaderamente la situación a 990 m de altitud y en la cabecera del valle es una buena elección para no tener que soportar los calores de esta estación. Más adelante pasaremos por el olivo bajo en el cual coronaron a Don Fernando de Válor y Córdoba como Abén Humeya, rey de los Andaluces.
Recorremos pués el pueblo de Narila tras cruzar el barranco Pajares y pasamos por la casa que hace esquina con la puerta verde donde una almazara abandonada da su nombre a la calle. Al llegar a la plaza bordeamos su Iglesia bajando entre muros de piedra que protegen los huertos que alegran las casas y salimos a la calle Real. Descendemos en dirección al río por Cuatro Caminos y cruzamos a la salida del pueblo la acequia de En medio y debajo del molino la acequia Real.
Seguimos bajando tras dejar un molino rehabilitado hasta que pasamos unos almendros donde o giramos a la izquierda junto a una cerca pequeña de alambre y andamos entre huertas, o finalmente bajamos un poco más hasta el cauce y continuamos río abajo siguiendo su margen izquierda. Pronto encontraremos el río encauzado entremuros que protegen las avenidas de las aguas. Volveremos aquí la vista atrás para ver arriba a Bérchules coronado por el Cerro del Gallo (2.913 m).
Dejamos la pista a la altura de una balsa para seguir por la vereda de la izquierda. Por este Camino de la Morera tras 200 m. por huertas cruzamos un barranco, por el que bajamos unos metros, y así llegamos por un molino a la entrada del pueblo y algo más adelante a una fuente entre dos grandes plataneras.
Cádiar es de los pueblos más comerciales de la zona. Es habitual que los días 3 y 18 de cada mes nos encontremos con algún lugareño realizando este recorrido para aprovechar el día de mercado. Suelen venir hasta aquí a comprar los cortijeros y los paisanos de los pueblos de alrededor. Nosotros nos endulzaremos el paseo con soplillos, tortas en lata, cuajada de almendras y demás dulces de fuerte tradición morisca.

A LA INVERSA.

Cádiar se une con Narila por una pequeña carretera asfaltada que atraviesa sus vegas. El sendero va a su izquierda, por el margen del río y sale de la Plaza del Prado que está al oeste por debajo de la plaza del Ayuntamiento de Cádiar, transcurre junto al río y sus huertas y justo cuando se encuentra debajo del pueblo de Narila sube hasta él abandonando el río.
De Narila hasta Alcútar se toma el camino (llaneando desde su plaza sale junto a la fuente circular) que lleva al agua agria de Narila hasta antes de subir a una fuerte pendiente con pavimento cementado que tiene a su derecha un molino con un hermoso sauce llorón en su puerta. Entonces se deja esta pista que sigue a la fuente Agria y se tuerce a la izquierda para cruzar el río. Una vez en el otro margen del río, se tiene que seguir un trayecto río arriba y no torcer a la izquierda, para encontrar más adelante después de bordear unos almendros la curva del sendero que nos sube tras un fuerte desnivel al barrio de la Churri de Alcútar.
De Bérchules a Mecina se sale de la plaza del ayuntamiento viejo por la calle Real y enseguida a la derecha por la calle del agua. Baja al río, lo cruza junto al molino abandonado y sube por la Carihuela hasta encontrar la pista y descendiendo por ella baja a Mecina.
Si desde Bérchules se sigue por la calle Real sin torcer a la derecha, a la salida del pueblo junto a una fuente y su lavadero sale una vereda que lleva, tras una hora de suave camino, a la Junta de los Ríos. Este es un bello lugar, al igual que todo el trayecto, donde se junta el río Chico y el río Grande de Bérchules. Una variante interesante.

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